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miércoles, septiembre 06, 2017

Cumplir años en Nueva York!


Una vez hayas probado el vuelo siempre caminarás por la Tierra con la vista mirando al Cielo, porque ya has estado allí y allí siempre desearás volver.–Leonardo Da Vinci.



Era el último día con las chicas en New York, al otro día temprano por la vamos los cuatro para San Francisco en nuestro periplo por la costa oeste. Además, era el cumpleaños de Walter, que si leyeron el anterior post lo arrancamos a las 12:00 de la noche en el observatorio del Empire State.




Ese día teníamos planes que él no conocía ya que la idea era sorprenderlo. Algunas cosas sin embargo fueron modificando y enriqueciendo la jornada. Teníamos entradas para ver a los Yankees en su estadio alrededor de las 20 horas así que por un lado Luciana y María del Carmen fueron a retirar los tickets que habíamos comprado via web antes del viaje.
En tanto, nosotros cuatro decidimos ir en busca del banco y la pequeña plaza frente al puente de Queensboro  donde se tomó la postal de la película de Woody Allen Manhattan, en la que el director hace un homenaje magistral a la ciudad.


 Era una de las cosas para mí más importantes durante estos días en la ciudad. Cuando llegamos al lugar, había una plaza muy pequeña desde la cual no se veía ni  parcialmente el puente, y claramente no correspondía a la toma de la escena que yo perseguía.
Pero cuando uno busca la información en la web dice que fue filmada en Sutton Park. Y la Sutton Place Park North definitivamente no podía ser el lugar. Está en la E 53 St y el East River.
Dimos vueltas por allí, pero cuando ya estábamos a punto de abandonar, me asome un poco más y note que abajo, a orillas del río se podía ver una pequeña plaza, la cuestión era como llegar hasta ahí... Entre al garaje de un edificio y le pregunté a un señor que trabajaba allí.
Recuerdo que terminamos hablando en italiano primero y en español después, su mujer era argentina y el italiano. Nos indicó que bajáramos por una especie de escalera túnel dando la vuelta a la manzana y allí logramos llegar exactamente al lugar donde se filmó la escena.

Atención! si quieren llegar deben ir por la E57 St hasta que termina sobre el río y allí verán a la derecha la escalera donde bajar y caminar a la vera del río hacia el Norte unos cien metros y verán allí el lugar del Manhattan Movie Spot que está a la altura de la E58 St. Igualmente les dejo un foto del mapa. En google lo ubican como Riverview Terrace.


Debo decir que tanto Julián como Agustina se coparon con mi locura y nos ayudaron a Wally y a mí con las cámaras y los celulares a buscar la mejor foto. Hay que tener en cuenta que era un día completamente despejado y luminoso, contrariamente a la madrugada con neblina con la que se produjo especialmente en el fin por lo cual la foto no es exactamente igual pero para nosotros es realmente maravillosa. El sitio es muy especial, ya que ese puente tiene una arquitectura peculiar. El puente de Queensboro, también conocido como el puente de la Calle 59, es un puente en celosía sobre el East River
fue construido en 1909. El puente conecta a los barrios de Long Island City en el borough de Queens con Manhattan, pasando sobre la Isla Roosevelt.

No fue Allen el primero en ponerlo en un film . Su historia con el cine viene de The Great Gatsby . Mientras cruzaba el puente, Nick Carraway afirma: "La ciudad vista desde el puente de Queensboro es siempre la ciudad vista por primera vez, en su primera promesa salvaje de todo el misterio y la belleza del mundo". Hay mucho de cierto en la afirmación, nosotros entramos a la ciudad y nos fuimos de ella por él.
El  de Queensboro Bridge es también el tema de la canción de Simon y Garfunkel " The 59th Street Bridge: Feelin 'Groovy ".
Luego de tomar las fotos recorrimos el camino hasta la E53 St y la 3rd Av  donde nos encontraríamos nuevamente los seis.
Dato útil : en esa esquina hay una farmacia ( esas que venden además todo lo que se te ocurra) se llama Duane Reade y tiene muy buenos precios de perfumería.
Volviendo a la ruta de ese día la cosa es que por un tema de documentación y voucher hubo que ir dos veces a retirar las entradas y entonces se nos fueron corriendo los horarios.

Volvimos a separarnos para encontrarnos nuevamente exactamente al otro lado de la isla, sobre el río Hudson en el Manhattan Cruice terminal para tomar justamente un crucero alrededor de toda la isla.
Cuando llegamos, el barco para dar la vuelta a la isla ya se había ido y no nos daban los tiempos para el siguiente.
En ese momento partía un barco hasta la estatua de la libertad, pero ya habíamos hecho ese recorrido queríamos algo nuevo. Con Luciana vimos en la guia del New York Pass otra opción que salía de un puerto 81 (Pier 81)  y decidimos ir las dos a averiguar. Cuando llegamos pudimos retirar tickets para salir en una lancha taxi hacia el sur de la isla que tiene una parada en el puente de Brooklyn.

Mientras  Luciana volvía hasta el otro puerto a buscar al resto ( unas doce calles de las cortas de NYC)  yo me senté en el hall y disfrute de un concierto de piano al lado del río que aún hoy recuerdo como un momento muy especial. Inevitablemente pensé en mi madre y como amaría tocar ese piano de cola, y en ese momento exactamente comenzó a sonar Autumm Leaves una versión de jazz que ella solía ejecutar en el piano de casa y que amaba muchísimo.  Cerré los ojos y por un momento sentí que eran sus manos las que tocaban aquella melodía para mi...de algún modo por extraño que parezca yo sentí que estábamos juntas en Nueva York....luego el pianista siguió tocando algunos temas clásicos y terminó con un bolero.
En ese momento volvieron todos, nunca voy a olvidar a Julián con una caja del tamaño de una pizza grande llena de papas fritas y pollo empanado a medio terminar que nunca supe bien como llegó a sus manos pero claramente no quería tenerla mas....me hizo reír mucho!  Luciana dijo "aquel es nuestro barco" y salimos corriendo
y subimos.
Nosotros lo teníamos incluido en en NY Pass pero sino les cuento que es el  único crucero que le permite bajar, explorar y subir de nuevo. Sale cada minutos y no es necesario comprarlos con anticipación. Elegimos subirnos a la parte exterior ya que el día era inmejorable y disfrutamos del paseo de 70 minutos alrededor de la ciudad para ver los vecindarios más populares, las atracciones costeras y los puentes. Justamente nos bajamos en el de Brooklyn. Ocurre que andábamos con el tiempo justo para bajar allí y tomar el metro hacia el Bronx para llegar al estadio de los Yankees . Walter no sabía dónde íbamos. El recorrido del barco fue una experiencia verdaderamente increíble. Veíamos la ciudad desde el agua, con sus rascacielos infinitos completamente iluminado por el sol, eran como miles de espejos.

Cuando llegamos a la punta de la isla, justo al Downtown , la vista
del skyline de Wall Street encima nuestro era deslumbrante. La Freedom Tower erguida irradiaba luz. Pero no era todo lo que que esa navegación nos ofrecería . unos minutos después se presentó ante nosotros el Brooklyn Bridge en todo su esplendor mientras avanzábamos hacia el para atravesarlo  estábamos eufóricos de felicidad.
No sé si alguna vez veré un puente tan cinematográfico, y en este caso estoy completamente segura que ni uno de todos los puentes del Sena son tan especiales como el de Brooklyn.

Bajamos cerca del Pier 2, compramos unos jugos en un puesto
sobre el Promenade Y nos fuimos caminando unos 10 o 15 minutos adentro del barrio de Brooklyn en busca del metro, hicimos las combinaciones necesarias para llegar al Bronx sobre la hora. Esta vez cruzaríamos la ciudad de sur a norte completamente, a medida que íbamos nos acercándonos, iban subiendo simpatizantes con las remeras y las gorras de los Yankees, el metro se llenó, nos preguntábamos si Walter sospechaba algo pero realmente él no tenía la menor idea de adonde lo íbamos a llevar.

Cuando estábamos por llegar recibí un mensaje que era el regalo de cumpleaños inesperado ese que no planificamos, Boca Juniors acababa de salir campeón del fútbol en Argentina así que tanto Walter como Julián se pusieron a cantar "dale campeón y no sé cuántas otras canciones de la bombonera", mientras bajábamos en medio de la estación de metro.

 Walter venía sentado de espaldas a la ventana donde se podía ver el imponente estadio desde adentro del metro ( que ahí sube a nivel de la ciudad) , pero al salir todos juntos tampoco se dio cuenta en medio de los festejos xeneizes.
Pero unos minutos después vio el enorme estadio y se desayuno de nuestro regalo, estaba asombrado y feliz al mismo tiempo. Nos dirigimos a la entrada del estadio, y Julián no pasó la seguridad porque llevaba una cámara Go Pro por lo cual tuvo que ir a un local cercano alquilar un locker mientras nosotros los esperamos en el Hall de acceso al estadio, que además de ser enorme cuenta con muchísimas tiendas de merchandaising.
No sé cómo ocurrió pero de pronto veo a Agustina rodeada de hinchas de los Yankees haciendo poses con ella en el medio, nos reímos como locos, Agus se compró el dedo famoso guante y llevaba también la gorra oficial. Cuando Julián volvió subimos por un ascensor increíblemente espacioso hasta el último piso, el 4° en donde teníamos nuestras localidades.
El Yankee Stadium es el parque donde juegan como locales los New York Yankees, pertenecientes a las Grandes Ligas de Béisbol de América del Norte. Inaugurado en 2009, suplantó al estadio del mismo nombre que funcionó en el período 1923-2008, y estaba anexo al actual estadio en su parte sur. Tiene capacidad para 54.251 espectadores, el tercero más grande de las Grandes Ligas.

Es el inmueble más caro jamás construido en la historia del béisbol
y el segundo recinto deportivo, a nivel mundial, detrás del Estadio de Wembley.
Esa noche los locales jugaban con Los Angeles Angels.
Creo fue una vez que nos sentamos creo que a Wally le cayó la ficha. Era increíble estar ahí, el estadio estaba completo, el partido había comenzado recién, las luces las pantallas gigantes, la música, el público todo es un espectáculo deportivo que ofrece mucho más que eso.
 Los partidos de béisbol suelen durar tres y hasta cuatro horas, nosotros ya teníamos reservas para la cena en un restaurante en el Est Village o sea otra vez en la otra punta de la ciudad ,esta vez había que recorrer la de norte a sur ( afortunadamente siempre hay metro o subway como le llaman allí ) Seguimos con atención el juego pero también el espectáculo que se daba a nuestro alrededor. Teníamos hambre pero realmente no comimos. El hot dog y las cervezas tenían los precios mas desorbitantes del universo, además en un rato estaríamos cenando.

En el comienzo del partido los locales no lo estaban pasando bien. Los Angels  era el equipo que venía ganando los tantos . un rato después con el estadio completamente iluminado y ya de noche Walter le explicaba a Julián como era exactamente un homerun y al mismo tiempo yo le comentaba a María y a  la chicas :¡ Ojalá al menos podamos ver uno!  En ese instante fue que el bateador se lanzó mientras el otro corría base tras base, tras base, tras base hasta lograrlo. El  estadio estalló no solamente con el fervor del público sino con la música y las luces en un concierto espectacular. Cantamos con la gente alentábamos con el típico Let's Go Yankees! y un rato después volvíamos nuestros pasos para tomar el metro hacia el lugar donde cenaríamos por el cumpleaños. Realmente es una experiencia altamente recomendable sepas o no de beisbol por el espectáculo que brindan y si sacás las entradas con anticipación seguramente podrás obtener buenos precios. Se vé perfectamente bien de todos lados.


Además del cumple de Wally  despediríamos nuestra semana con las chicas en la gran manzana. El balance había sido fantástica había muchos motivos para brindar. El restaurante que habíamos elegido se llama a Milon y es de comida india y asiática por extensión.


Nuevamente sorprendimos a Wally cuando vio un millón de lucecitas de colores y todo preparado como para un festejo. Nos atendieron fantástico, Luciana se ocupó de elegir los platos del menú y la cena fue exquisita, llena de brindis y la gente del lugar le canto el cumpleaños feliz en la versión hindú. Es el típico lugar donde la gente que no tiene donde festejar o con quien en la ciudad ya se cumpleaños o día festivos encuentra compañía y todo montado. Uno puede llevar sus propias bebidas y no te cobran nada, incluso te sirven agua fría toda la noche.
Creo que fue el cumpleaños de Wally más asombroso estando de viaje.

Datos útiles: Milon Restaurante
93 1st Ave, Nueva York, NY 10003-2922
+1 212-228-4896
http://www.milonny.com/


Cuando salimos, caminamos unas calles  en busca de un candado que necesitaba Mari para el otro día pero creo que también caminamos para que esa noche no se teminara nunca. Y si de deseos se trata , Nueva York está siempre lísta para cumplirlos . De pronto nos encontramos con Zoltar!! Quien  no vio "Quisiera ser grande "(Big) con Tom Hanks?


Al introducir la moneda la cabeza del adivino empezará a moverse y recitará algunas palabras a la vez que se ilumina su bola de cristal. Por último y antes de dejar de moverse, dispensará un ticket de la fortuna preimpreso. Cada uno de nosotros cumplió el ritual. Era la frutilla del postre de aquel cumpleaños....seguimos camino. 
Aquí la escena de la peli!


Y aquí mi encuentro con Zoltar




Julian y yo nos detuvimos un poco mirando unos muebles que habían dejado en la basura. Estaban como para usar!  Seguimos caminando y volvimos en el metro allí nos despedimos de las chicas que al otro día casi a las 12:00 de la noche volverían a volar a Buenos Aires. Ellas todavía tenían un día más para recorrer New York nosotros cuando llegamos al hotel teníamos que cerrar el equipaje porque a primera hora nos venía buscar el auto para llevarnos al aeropuerto de Newark en New Jersey. Yo me quedé abajo arreglando justamente con el conserje de la noche ese Transfer. Aún hoy recuerdo lo cómoda que me sentía hablando en inglés con el. Después de siete días por primera vez me sentía cómoda y hablaba bastante fluido.



Cuando subí a la habitación, como siempre Wally tenía el equipaje totalmente controlado, dejaríamos una maleta de guardia en el hotel hasta el regreso y viajaríamos con una sola .
Cuando me acosté recuerdo claramente que por primera vez hice un balance de todo lo que habíamos vivido aquellos siete días. La ciudad me había fascinado, y eso que cuando uno viaja con la expectativa muy alta generalmente sucede lo contrario.La felicidad de compartir la experiencia del viaje de mis sueños con nuestros amigos de toda la vida y nuestras hijas era indescriptible.
Vendrán seguramente más viajes con ella y también con sus hermanos. Y con nuestros amigos y sus otros hijos,  pero en cualquier caso, pase lo que pase en el futuro, cuando la rueda de la vida gire, y vuelva a girar, en nuestra memoria sonarán los acordes de las sirenas ruidosas de Manhattan, de los infinitos pájaros cantores del Central Park, de las almas que cantan góspel cada domingo en el Harlem, y q casi como una plegaria y podremos decir   "Siempre nos quedará el New York." 

En NYC nos alojamos en le Hotel Amsterdam Court   WebSITE
Las chicas se alojaron en el HI Hostel NY  891 Amsterdam Ave, New York
Teléfono: +1 212-932-2300
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