miércoles, octubre 25, 2017

San Francisco : la llegada y la visita a Muir Woods

"Your golden sun will shine for me”
( Tu sol dorado brillará para mi)
Tony Bennet del tema
 "I left my heart in San Francisco"

Arribamos temprano a la aeropuerto de Netwark que se encuentra en New Jersey para abordar el vuelo de United hasta San Francisco. Las chicas quedaban en New York, y al finalizar el día regresaban a Buenos Aires en un vuelo directo de Latam.
Creo que todos sentimos lo mismo, los cuatro sabíamos que
 volveríamos una semana después para finalizar el viaje con 48 horas en Nueva York, entonces la despedida no tuvo sabor amargo.

El vuelo fue fantástico, un avión 787 excelente, aterrizó en San Francisco a las 14.30 hs , al bajar del aeropuerto tomamos una especie de trencito con un recorrido muy peculiar , de vagones pequeños para no más de 6 o 8 personas que unen las distintas terminales y también se dirige a las distintas rentadoras de autos.

El recorrido  por momentos tiene un dejo a una montaña rusa pero sin vértigos. Desde allí comenzamos a divisar acantilados de la ciudad. Como siempre elegimos Avis y  en este caso por una mínima diferencia nos ofreció  una camioneta que yo no dudé ni un instante en tomar ya que andaríamos con ella muchos días,  atravesaríamos el desierto de Nevada, nos llevaría hasta el Gran Cañon del Colorado, a la emblemática Ruta 66 y a Los Ángeles entre otros destinos. El vehículo era una BMW modelo X5 del año en curso.
Nuestra hoja de ruta planeada para aprovechar el tiempo fue  visitar Muir Wood antes de alojarnos. Así fue que bordeamos la ciudad, vimos por primera vez el Golden Gate Bridge desde el auto y lo atravesamos para detenernos en uno de los puntos o miradores, del lado de enfrente de la ciudad.

 Se llama Vista Point y creo que es el mejor mirador ( mas adelante hablaré de los otros) , ademas de ofrecer la posibilidad de verlo casi en linea recta como si uno fuera una continuación de él tiene el plus de la panorámica de la ciudad, del mar y de la isla de Alcatraz.
Desde allí además del majestuoso puente, se puede observar la bahía y la silueta de la ciudad de San Francisco, era una tarde de sol luminosa y nos cansamos de sacar fotos. En un momento le pedimos a un muchacho que estaba por allí que nos tomara una foto a los cuatro allí estábamos nosotros felices esperando que nos tomará la foto anhelada. Cuando subimos a la camioneta en busca del parque nacional de las secuoyas y mire la foto...estábamos radiantes pero se podría decir que fue tomada en cualquier lugar del mundo, porque el puente y brillaba por su ausencia!!




Comenzamos un camino de curvas y contra curvas ascendiendo en un camino arbolado con casas de ensueño que dura aproximadamente 12 km.
Finalmente llegamos al Parque Nacional de Muir Woods y comenzamos a recorrerlo.
El bosque de arboleda es tan inmenso y tupido que apenas se pueden deslizar algunos rayos de sol. Yo entré corriendo y dejé al resto atrás que estaba buscando alguna campera porque se notaba que estaba bajando la temperatura. Me impulsaba el deseo de encontrarme con la primera secuoya que pudiera. Mi amor por los árboles es tan especial que creo que en alguna existencia anterior he sido árbol (cada loco con su tema como diría Serrat) el sueño de ver esta especie milenaria me hacía latir fuerte el corazón de emoción.
Las secuoyas gigantes son unos árboles sorprendentes que pueden llegar a medir entre 100 y 150 metros de altura y su tronco puede llegar a tener un diámetro de entre 5 y 7 metros. Las secuoyas no sólo sobresalen por su tamaño, sino que también destacan por su longevidad ya que pueden vivir hasta 4.000 años.

En el ingreso se encuentra un centro de atención al visitante con sanitarios, una tienda de souvenirs,bar, mapas, etc pero esto lo vi recién a la salida porque cuando entré tomé el camino pincipal y avancé con prisa.
En el bosque hay más de 6 kilómetros de senderos con diferentes rutas dependiendo del tiempo que elijan.  Los caminos más populares son el camino principal, el Camino Dispea y la Ruta de Ocean View. Esto también lo supe después.
Atrás los demás venían a paso mas lento pero me siguieron.



Allí vi a los primeros ejemplares altos como los rascacielos de New York, con troncos anchos y sinuosos de color rojizo, y el despliegue de verdes alrededor era como sacado de un paleta universal. Amé esos árboles en forma inmediata, sentí un recogimiento casi celestial. No había gente prácticamente y por un costado corría un arroyo apenas sonoro que conformaba una melodía con el canto de los pájaros. Cada tanto se escuchaba un sonido distinto, fuerte que resonaba disonante, podría ser un mono o un oso vaya a saber.....Cuando nos reunimos los cuatro nos asombrábamos porque un par de horas antes estábamos caminando por las ruidosas calles de Nueva York y esta vez en lugar de sirenas había cantos celestiales y en lugar de rascacielos altísimos árboles llamados Secuoyas.

Los seres vivos mas antiguos del planeta. El cambio fue tan impactante que bajamos cientos de miles de revoluciones en unos segundos y por un rato nos sentimos parte de la naturaleza como nunca. A medida que avanzábamos en el camino la belleza seguía desplegándose, Wally me preguntó en algún momento si estaba segura que estábamos yendo bien. Realmente no tenía ningún mapa ni había gente que guiara pero yo tenía la certeza de que el camino era el correcto. Así fue, incluso cuando decidimos retornar de la caminata porque empezaba a  caer la tarde, lo hicimos sin ningún inconveniente.

Datos útiles: No hay ningún medio de transporte que llegue al parque por lo cual es necesario rentar un auto en San Francisco o una bicicleta si tenes un entrenamiento para esa cantidad de kilómetros y de cuestas empinadas. Durante el tiempo en que recorres el parque no hay señal de datos ni de teléfonos. En los alrededores tampoco, salvo en el Centro de Visitantes. El ingreso es gratuito. El sitio oficial del Parque Nacional lo podés ver en el siguiente LINK





Cuando llegamos a la salida el centro de atención ya había cerrado por lo cual retornamos a San Francisco pero para detenernos en el camino antes de cruzar el Golden Gate de retorno a la ciudad en el pueblo de Sausalito. Antes nos sacamos unas fotos con unas esculturas de osos muy divertidas.

Golden Gate: Cuando cruzas el puente en un vehículo no hay cabinas de peaje pero no es que no lo haya. Tenes que hacerlo vía web o vía telefónica. Aquí les dejo el sitio donde pueden acceder a los datos completos en español FasTrak La tasa tiene una duración de un par de días para poder cruzarle varias veces si lo deseas. Otra opción es cruzarle en bici o caminando.

Realmente el puente es impactante pero a pesar de su majestuosidad no me generó en lo personal la empatía que días antes había logrado con el Brooklyn Bridge.
El Golden Gate Bridge con 2,7 kilómetros de longitud y 227 metros de altura, es uno de los puentes colgantes más largos y altos del mundo y, sobre todo, es el símbolo más querido y representativo de la ciudad de San Francisco.
Para hacerse una idea de la resistencia del puente, el Golden Gate tiene tal cantidad de alambres formando sus cables que podrían dar la vuelta a la tierra 3 veces.
Otra curiosidad algo más desafortunada es que el Puente Golden Gate es el lugar del mundo con mayor índice de suicidios.


Sausalito es un pequeño poblado que se encuentra justo frente a la península de San Francisco al otro lado de la bahía. Es muy pintoresco, un pueblo pesquero con casas flotantes. Llegamos cuando se encendían las primeras estrellas y la bóveda azul parecía pintada.
Bajamos y decidimos cenar en un bar a orillas de mar. Elegimos el Bar Bocce, de cocina italiana y buenas pintas de cerveza. Yo preferí un tinto de Napa Valley ya que estaba en el lugar. El bar es precioso, para quienes prefieren estar al lado del agua y bajo las estrellas hay un enorme fogón que le pone calor a las siempre frescas noches de San Francisco.


Finalmente regresamos a la ciudad y nos alojamos en el Cow Hollow Inn & Suites, les comento que buscar un alojamiento accesible en San Francisco es una tarea casi inútil. Es una ciudad muy cara para alojarse. Además si estas con auto la cuestión se limita aún mas.
 En la elección en este caso priorizamos el estacionamiento sin cargo ( son carísimos) y la ubicación dentro de la ciudad pero en una zona muy tranquila en el barrio llamado Marina Distric sobre la Lombard Street. Una calle de moteles y bares del estilo muy genuino.
 Lo cierto es que esta ciudad es una hermosura. Toda ella es interesante, contracultural, bonita, cool,  vanguardista, plural habitada por las personas mas respetuosas del universo pero con toda la onda y además con una arquitectura digna de un lugar encantado. Llegamos a medianoche al hotel y mientras los muchachos estacionaban con Mari preguntamos donde nos recomendaban desayunar porque como es habitual en USA prácticamente ningún hotel sirve desayuno, a excepción de los de cinco estrellas pero aún así, siempre es mas conveniente buscar un lugar por la zona.

Habitaciones amplias y cómodas, todos los servicios que uno puede pretender y la hora ideal para dormir después de un largo día que arranco temprano en NYC y terminó en California, un estado que tiene un sello propio y al que volveremos sin dudas alguna vez.
Al otro día nos esperaba un largo y agitado día para seguir descubriendo la magia de esta ciudad inolvidable.



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